El Pasado tiene su intríngulis. Dicen los que han estudiado mucho, que para el cerebro es lo mismo recordar que imaginar. El Futuro también se las trae. No existe, y cuando llega ya no es futuro sino pasado. Y es el Presente el tiempo que más perplejo me ha dejado desde que tengo uso de razón. Siempre he tratado de atraparlo diciendo, o pensando (más rápido) «¡Ahora!», pero me encontraba todavía en la «h» y ya se había escapado.
Lógico, pues la mente vive en el tiempo (pasado y futuro) y escapa continua y compulsívamente del ahora.
Siempre he dicho que me desoriento fácilmente porque carezco de mapas mentales. ¿Cómo voy a tener mapas mentales si voy por la vida pensando en lo que sucedió, en lo que no sucedió, en lo que ocurrirá mañana, en lo que ójala no acontezca pasado, en el color y forma del pubis de la elfa con la que me acabo de cruzar, o CUALQUIER COSA, en lugar de en el paso que estoy dando ahora?
Pero cuando te dediques a hacer un seguimiento de tu estado interno emocional y mental, antes sabrás que te has dejado atrapar en el pasado o en el futuro, es decir, en la inconsciencia, y más rápido despertarás del sueño del tiempo al presente.
Pero ten cuidado: el falso yo infeliz, basado en la identificación con la mente, vive en el tiempo. Él sabe perfectamente que el momento presente supone su muerte y se siente amenazado. Hará todo lo que pueda por sacarte del ahora. Intentará mantenerte atrapado en el tiempo.
En cierto sentido el estado de consciencia puede ser comparado a una espera. Se trata de un tipo de espera completamente distinto que requiere que estés plenamente alerta. Algo podría ocurrir en cualquier momento, y si no estás absolutamente alerta, absolutamente en calma, te lo vas a perder. En ese estado toda tu atención está en el ahora. No te queda nada de atención para soñar despierto, pensar, recordar, anticipar. En esa espera no hay tensión ni miedo; sólo una presencia alerta. Estás presente con todo tu ser, con cada célula de tu cuerpo.
En ese estado, el «tú» que tiene un pasado y un futuro, al que solemos dar el nombre de personalidad, apenas está presente. Sin embargo no se pierde nada de valor. En esencia sigues siendo tú mismo. De hecho eres más plenamente tú mismo que nunca, o más bien, sólo ahora eres verdaderamente tú mismo.
El Poder del AHORA – Eckhart Tolle
Llevaba ya unos días de safari tras el ahora. Santo Dios ¡Qué aburrimiento eso de no pensar! No le resultaba difícil a mi falso yo llevarme a su terreno de fantasía y diversión, parloteo mental continuado y compulsivo, a sus proyecciones hacia el futuro, hacia los sueños, hacia lo irreal.
Cuando la Princesa Diana me invitó a la Cabaña del abuelo de Heidi en Benasque, supe que se trataba de un regalo de la vida guiando mi Viaje Interior. Lo que no esperaba es que la REVELACIÓN llegara durante el viaje Gasteiz – Benasque sentado en la parte de atrás del coche del Komandante Liher, junto a la Princesa y su Mini Zoo.
Concentré toda mi atención en el ahora, pero a diferencia de otros intentos, la mantuve unos segundos más, y más, y más… Llegaron a ser minutos, y en ese momento percibí claramente el Ahora como un Instante Eterno, y es que la eternidad no quiere decir tiempo desde menos infinito a más infinito, sino «no tiempo».
La primera vez que coqueteé conscientemente con el «No Tiempo», aunque no de forma continuada sino por espacio de pocos segundos de reloj, fue en la Biblioteca Nocturna de Obtusos Demasiado Extraños, siguiendo las instrucciones de Ángel, al que llamo cariñosamente mi «Instructor Espiritual», y es que al habitar en otras dimensiones extrañas al común de los mortales, Ángel no está para instruir gran cosa, aunque su técnica de mirar fijamente un punto y sentir el «no tiempo» mientras espiras el aire, a mí me sirvió.
Pero durante este Viaje Iniciático logré entrar en el ahora y permanecer en él. Ningún pensamiento me abordaba, pues toda mi conciencia se hallaba presente, y me sorprendió la total falta de esfuerzo con que me mantenía en ese estado de conciencia, comprendiendo que se debía a que es nuestro estado natural, nuestro estado despierto que hemos olvidado tras muchos años de siesta.
No se trata de un estado de trance en el que no te enteras de nada de lo que pasa a tu alrededor. Podía conversar sin dificultad con mis amigos, y era consciente de todo cuanto sucedía en el tiempo, pero es como si te encontraras inmerso en la quietud eterna del fondo de un profundo lago, y el tiempo transcurriera en la superficie.
Efectivamente se trata de un estado de máxima alerta, pues consiste en emplear toda la conciencia en el ahora, en lo que ves, oyes, percibes, sientes… Es este un descubrimiento importante, pues yo pensaba que la meditación sólo podía practicarse en postura de yoga o tumbado, a oscuras, en silencio o con alguna música ambiente, pero la práctica del ahora consiste en un trabajo diario, en la cola del super, en un atasco de tráfico, mientras caminas por la calle, o en un concierto de Bon Jovi.
Durante los próximos días continué trabajando el Poder del AHORA, inmerso en la NATURALEZA, su espacio, su silencio, sus sonidos… No me resultó tan sencillo, mi mente parlanchina había vuelto y reclamaba su trono. Los siguiente puntos álgidos de este Viaje Iniciático llegaron durante la Fiesta Trance de la cabaña. Mientras los Komandantes Liher & Saldías disfrutaban de la Psicodélia junto al Fuego Iniciático de la chimenea, yo me adentraba en la oscuridad exterior y me sumergía en el lago interior eterno y sin fondo con la mirada perdida en el firmamento estrellado, tratando de averiguar con todas mis fuerzas quién Soy.
Cuando cada célula de tu cuerpo esté tan presente que vibre de vida, y cuando puedas sentir esa vida en cada momento como la alegría de Ser, entonces puedes decir que te has liberado del tiempo.
Liberarse del tiempo es liberarse de la necesidad psicológica del pasado para tener una identidad; y del futuro, para hallar la realización. Representa la transformación de conciencia más profunda que se pueda imaginar. CUANDO HAS OBTENIDO LOS PRIMEROS PASOS DEL ESTADO INTEMPORAL DE CONCIENCIA, empieza un ir y venir entre la dimensión temporal y la presencia. Empiezas por darte cuenta de que tu conciencia raras veces está en el ahora. Pero saber que no estás presente es ya un gran éxito: ese saber es presencia, aunque al principio sólo dure unos segundos de reloj antes de que vuelvas a perderla.
A continuación, y cada vez con más frecuencia, eliges enfocar la conciencia en el momento presente más que en el pasado o en el futuro, y al darte cuenta de que has perdido el ahora, eres capaz de permanecer en él no sólo un par de segundos, sino periodos más largos, tal como se percibe desde la perspectiva externa del reloj.
Así antes de establecerte firmemente en el estado de presencia, es decir, antes de ser plenamente consciente, pasas un tiempo yendo y viniendo entre la conciencia y la inconsciencia, entre el estado de presencia y el de identificación con la mente. Pierdes el ahora y vuelves a él, una y otra vez, hasta que finalmente la presencia se convierte en tu estado predominante.
El Poder del AHORA – Eckhart Tolle
Me queda mucho por bucear hacia el Interior, pues al día siguiente Miss Parlanchina Quejica volvió a tomar el poder, golpe de estado mediante, aprovechando la debilidad post fiesta, y se adueñó de mí la tristeza de las maletas, las despedidas, la partida…
Me queda mucho que bucear hacia el interior, pero ya he encontrado el camino.
Hasta AHORA
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